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Alegoría de la caverna

Este mito es una alegoría para entender la relación entre lo físico y el mundo de las ideas. Cómo nos movemos a través de ellos desde la profundidad de nuestro nacimiento, solo mirando hacia adelante, sin haber podido y, de hecho, sin tener la capacidad de poder mirar hacia atrás. Entender cuál es el origen de nuestras cadenas es el primer paso a dar para la liberación.

Luces y sombras: la idea de ver la realidad.

1. Los engaños y la mentira


Este engaño no es exactamente el fruto de la intención de alguien, sino la consecuencia de que la realidad material sea tan solo un reflejo de la verdadera realidad: la del mundo de las ideas.
Uno de los aspectos que explican por qué la mentira impacta tanto en la vida del ser humano, es que, si no tenemos motivos para cuestionar, no lo hacemos, y su falsedad prevalece.

 


2. La liberación


El acto de liberarse de las cadenas serán actos de rebeldía que solemos llamar revoluciones, o cambios de paradigma. Por supuesto, no es fácil rebelarse, ya que el resto de la dinámica social va en sentido contrario.
En este caso no se trata de una revolución social, sino de una individual y personal. Por otro lado, la liberación supone ver cómo muchas de las creencias más interiorizadas se tambaleen, lo cual produce incertidumbre y ansiedad. Para hacer que este estado desaparezca, es necesario seguir avanzando en el sentido de ir descubriendo nuevos conocimientos.

 


3. La ascensión


La ascensión a la verdad es un proceso costoso e incómodo que implica desprenderse de creencias muy arraigadas en nosotros. Por ello, es un gran cambio psicológico.
El pasado de las personas condiciona el modo en el que experimentan el presente, y por eso asumir un cambio radical en la manera de entender las cosas acarrea necesariamente malestar e incomodidad.

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4. El retorno


El retorno será la última fase, que consiste en la difusión de las nuevas ideas, que por chocantes pueden generar confusión, menosprecio u odio por poner en cuestión dogmas básicos. Pero la persona que haya tenido acceso a la realidad auténtica tiene la obligación moral y llevar al resto su conocimiento.
El acceso a lo verdadero mediante la lucha personal, no tiene necesariamente qué traducirse a una mejora en las condiciones materiales, sino de la liberación del individuo.

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